Cuando viaje a Quetzaltenango, es obligado visitar el Monumento Natural y Cultural 'Volcán Chicabal', en cuyo cráter se encuentra la Laguna de Chicabal.
Este es un lugar perfecto para entrar en contacto con la naturaleza y disfrutar de una vista sin igual. A 224 kilómetros de la capital y a tan sólo 24 del departamento de Quetzaltenango, en el municipio de San Martín Sacatepéquez, se encuentra uno de los lugares más bellos del Occidente de Guatemala: el Volcán y Laguna Chicabal.
Esta maravilla natural está rodeada por un área de bosque nuboso, uno de los últimos que queda en el país, que encierra en sí mismo un misticismo especial, porque además es un centro ceremonial y un lugar sagrado. Según los pobladores, la laguna y el volcán están resguardados por los nahuales, seres espirituales que protegen a las personas desde su nacimiento.
Para llegar al volcán necesita un vehículo de doble transmisión por lo escabroso del camino. Primero deberá buscar el desvío hacia el Caserío Toj Mech y seguir el sendero de terracería hasta la Laguna Seca, que está en la falda del volcán. Esta es un área para acampar, en donde se localiza la garita de control de entrada al Parque.
Una vez que llegue a este lugar, la aventura no se hace esperar. Ahí deberá dejar el carro y subir por un camino de tierra pronunciado, durante casi 45 minutos, hasta llegar al mirador. Sin embargo, es importante mencionar que el recorrido no puede hacerse en vehículo porque el camino es para uso exclusivo de las personas que siembran a la orilla del volcán y por la conservación del ecosistema.
En el mirador tendrá que realizar un pequeño descanso para retomar el camino y bajar hacia el cráter por una escalera de 620 gradas, rodeadas de la vegetación del lugar. Si padece de vértigo por ningún motivo mire hacia abajo, porque es sumamente empinado.
La Laguna Chicabal se encuentra a una altura de 2,712 metros sobre el nivel del mar, tiene una superficie de 19.14 hectáreas, con una profundidad de casi 33 metros, y su parte más ancha mide 575 metros.
Por si esto fuera poco, posee una fauna variada y si el visitante realiza el recorrido en silencio, es posible que vea aves tales como el quetzal, colibrí, gavilán, carpintero collarejo, guardabarranco y lechuza. O los mamíferos, entre ellos: armadillo, ardilla, conejo, tacuacín, coche de monte, taltuza y venado, así como murciélagos.
Por si esto fuera poco, posee una fauna variada y si el visitante realiza el recorrido en silencio, es posible que vea aves tales como el quetzal, colibrí, gavilán, carpintero collarejo, guardabarranco y lechuza. O los mamíferos, entre ellos: armadillo, ardilla, conejo, tacuacín, coche de monte, taltuza y venado, así como murciélagos.
La flora no se queda atrás, ahí encontrará: paraguas, aretes, campana, malva real, gallito, duraznillo, encino, moquillo, chichicaste, escobillo, naranjillo, aguacatillo, manzano, palo de agua, mano de león, chicharro, canoj, aliso, cacho de venado y caspirol, por tan sólo mencionar algunos.
Así es que, tenga la seguridad de que al estar en la Laguna y Volcán Chicabal vivirá y disfrutará un momento inolvidable entre las nubes y el contraste verde de su vegetación. Y quién sabe, quizás pueda compartir, aunque sea por un breve instante, con los nahuales que protegen el santuario.
Así es que, tenga la seguridad de que al estar en la Laguna y Volcán Chicabal vivirá y disfrutará un momento inolvidable entre las nubes y el contraste verde de su vegetación. Y quién sabe, quizás pueda compartir, aunque sea por un breve instante, con los nahuales que protegen el santuario.
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